NUESTRA JOYA DE LA CORONA
El Mar
DE LAS CALMAS
Un rincón escondido en la parte sur de la isla, protegido de los vientos alisios predominantes en todo el archipiélago canario, que permite el encuentro de innumerables especies.
Sus aguas calmadas, su temperatura (entre 19 y 25 grados durante todo el año) y su visibilidad de hasta 50 metros hacen de éste paraíso el lugar de Europa más codiciado por todos los adictos al mar.
Sumergirse en sus aguas es un viaje fascinante a través del pasado geológico más activo de la isla y de las diferentes etapas de su formación, encontrando en ellas volcanes, cráteres, lenguas de lava, arcos, cuevas y cavernas.
Una de esas últimas etapas tuvo lugar recientemente, en el año 2011 el caos y la incertidumbre azotó el ánimo de los habitantes del Hierro, más concretamente del pueblo de La Restinga, debido a la erupción del volcán submarino TAGORO que tuvo en jaque durante 6 meses a su población.
Y como la naturaleza nunca deja de sorprender, en otra vuelta de tuerca, dicho caos se convirtió en VIDA. Tras tornar el lecho marino en un páramo yermo haciendo desaparecer completamente cualquier signo de vida, las mismas fuerzas de la naturaleza depositaron la semilla para crear la regeneración submarina más increíble que se recuerda en las Islas Canarias.
Hoy por hoy, el Mar de las Calmas es un santuario reconocido a nivel mundial. Un espacio que congrega a cientos de especies que crean ecosistemas inimaginables y relaciones simbióticas beneficiosas para existir y subsistir, donde acuden cada año numerosas especies de pelágicos, como el tiburón ballena (Rhincodon typus) y la manta diablo (Mobula Tarapacana). Además se pueden observar ocasionalmente tortugas marinas, tiburones cornuda (pequeños tiburones martillo) y peces luna (Mola Mola). Y no solo eso, durante gran parte del año la reserva nos regala encuentros con poblaciones de cetáceos como ballenas, delfines y zifios, uno de los mamíferos marinos más esquivos del mundo.